Auriga y Tauro: Unidos por la eternidad.

Javier Peña. Coordinador cielo profundo

En las frías y transparentes noches invernales, dos grandes constelaciones, unidas por una misma estrella, destacan en lo alto del cielo. Auriga, el cochero y Tauro, el toro. La primera en pasar por nuestro meridiano es Tauro que lo hace hacia el 1 de diciembre.

TAURO

Es, de entre las constelaciones zodiacales, una de las más llamativas y grande. Comparada con Aries, Cáncer o Capricornio, Tauro es sin lugar a dudas una hermosa constelación muy fácil de identificar. Situada al noroeste de Orión, contiene dos de los cúmulos más vistosos del firmamento: las Pléyades y las Híades.

El origen de esta antiquísima constelación que se remonta a la época de los caldeos es un misterio, en parte por la gran cantidad de leyendas antiguas en la que aparece la figura de un toro. Podría ser Apis, el Toro de Osiris o podría representar a Zeus cuando se convirtió en un toro blanco para secuestrar a la princesa Europa. También podría representar al Minotauro de Creta, un monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro. Desgraciadamente, la constelación no presenta toda la figura (con lo que sabríamos si se trata del Minotauro o no), sino sólo la cabeza y parte del lomo.

El primer objeto con que nos topamos, moviéndonos de oeste a este, es el más conocido y admirado por los aficionados. Se trata de las Pléyades (M45), (Simple vista) conjunto de estrellas que representan el hombro del toro y que son conocidas también como las siete hermanas. Existen multitud de leyendas que narran la historia de las Pléyades. Por ejemplo, según una leyenda griega las hermanas, hijas de Atlante y Pléyone, pidieron ayuda a Zeus cuando eran perseguidas por Orión. Zeus las convirtió en palomas y las puso en el cielo.

Pero la historia más curiosa nos viene de la mano del pueblo indio monache, del centro de California. Según reza la leyenda, seis mujeres monache encontraron un campo de cebollas y dejándose llevar por un apetito insaciable empezaron a devorar el nuevo fruto. Pese al disgusto de sus maridos ellas no pudieron parar de pensar en las cebollas. De modo que cuando los hombres se fueron de caza, las seis esposas y el hijo de una de ellas volvieron al campo de cebollas y se entregaron a la glotonería. Al final del día, cuando los maridos regresaron a casa con las manos vacías, echaron la culpa del fracaso de la caza a sus glotonas esposas, y se negaron a dormir con ellas. Las mujeres siguieron comiendo cebollas como si nada hubiera pasado y al final cayeron en la cuenta de que estaban tan contentas sin ellos. De modo que decidieron escaparse y para ello ascendieron por una cuerda mágica hacia el cielo. Cuando los maridos despertaron quisieron seguirlas y ahora representan las seis estrellas brillantes que señalan la cabeza y los cuernos del toro.

Imagen de M1
El primer objeto del catálogo confeccionado por Messier. La nebulosa del cangrejo o M1 como es conocido, el la remanente de una supernova

Las Pléyades han tenido una importancia transcendental en antiguas sociedades. Es sabido por ejemplo, que en la antigua Grecia cuando las Pléyades salían al amanecer en primavera, señalaba el comienzo de la navegación, o el inicio de la siembra en otras culturas más agrícolas. También ciertas celebraciones religiosas estaban relacionadas con las Pléyades, sobre todo cuando estás se situaban el lo más alto del cielo, en noviembre. Ligadas a ellas estaban por ejemplo, la fiesta estadounidense de Halloween, el mejicano Día de los Muertos, el complejo ritual de los sacrificios humanos llevado a cabo por los Aztecas y el más conocido por nosotros, Día de Todos los Santos.

Medio millar de estrellas situadas a 410 años luz, forman este famosísimo enjambre del que sólo podemos ver a simple vista entre 6 y 9 estrellas, dependiendo de nuestra vista y de las condiciones de transparencia del cielo. De los nueve astros, seis se corresponden con las hermanas y dos con los padres. La más brillante es Alcyone (Eta [h] Tauri) seguida de Maia, Asterope, Taygeta, Celaeno, Electra y Merope. Atlas y Pleione representan el padre y la madre.

Todas las estrellas del cúmulo (las casi 500) se formaron juntas y son tan jóvenes que las estrellas brillantes del tipo espectral B todavía están rodeadas de mechones de la nebulosa primigenia de la que nacieron hace 20 ó 40 millones de años (son pues más jóvenes que los dinosaurios). Esta nebulosidad sólo es visible en las exposiciones fotográficas.

Como el cúmulo ocupa una extensión equivalente a cuatro lunas llenas (2º), la mejor forma de contemplarlas es a través de unos prismáticos de 7x50 ó 10x50. Aunque también sirven los buscadores de los telescopios. La primera impresión al verlas es la gran semejanza que tiene con la zona principal de la Osa Mayor, conocido más comúnmente como el Gran Carro, como si de una copia en miniatura se tratara.
Antes de pasar al siguiente objeto, hagamos una pequeña parada en Lambda Tauri, una estrella que varía regularmente entre las magnitudes 3,4 y 4,1 cada 3 y 22,8 horas, cuando una de las componentes es eclipsada por la otra.

NGC 1514(Telescopio de 150 mm) es una nebulosa planetaria situada 8,5º al nordeste de las Pléyades identificable con telescopios de 150 mm. Es la única planetaria existente en Tauro, pero no la única nebulosa como veremos más adelante. De forma semicircular, tiene un diámetro de 1,9 minutos de arco y una magnitud fotográfica de 10. Su bajo brillo superficial hace difícil su captura y en ocasiones se requieren telescopios de 200 mm para observarla. Más fácil de ver es la estrella de 9ª magnitud que hay en su centro.

Imagen 1514
Una hermosa nebulosa planetaria situada casi entre la constelación de Tauro y Perseo

Las Híades es el otro cúmulo abierto conocido situado en Tauro. Mucho menos vistoso que las Pléyades, en parte por su cercanía a nosotros (130 años luz) que hace que veamos la separación de sus estrellas a simple vista. Este cúmulo en forma de «V» señala la cabeza del toro, y está formado por varios cientos de estrellas, de las cuales unas 130 son tan brillantes como la magnitud 9. El conjunto del cúmulo cubre un área de 5,5º lo que hace imposible su observación telescópica. Unos buenos prismáticos harán mejor papel.

La estrella principal de Tauro señala el ojo de la bestia. Conocida con el nombre de Aldebarán, esta estrella que destaca por su tonalidad rojiza, es una subgigante K5 de primera magnitud treinta y seis veces más grande que el Sol. Aunque está situada en el mismo campo de visión que las Híades, no pertenece al cúmulo ya que su distancia a nosotros es de unos 65 años luz, justo la mitad de donde se hallan las estrellas de las Híades. Su nombre proviene del árabe y significa «el que acompaña» en referencia a su continua persecución de las Pléyades. Según una historia polinesia, la estrella más brillante del firmamento vivió en una época remota en esa misma zona del cielo. Se jactaba tanto de su belleza que el dios maorí Tane se irritó y lanzó contra ella a Aldebarán, rompiéndola en mil pedazos. Las Pléyades son los restos de aquella hermosa y brillante estrella presumida.

NGC 1647 (prismáticos) es otro cúmulo abierto de 45' de diámetro situado al este de las Híades. A pesar de su brillantez, magnitud 6 ½, pasa bastante desapercibido por su proximidad a los descomunales cúmulos de las Pléyades y las Híades. Contiene unas 200 estrellas y es muy fácil de observar con pequeños instrumentos. Con un cierto parecido a las Pléyades, este racimo se sitúa 4,5 veces más lejos, a 500 parsecs (unos 1600 años luz).

Hagamos otra pequeña parada para curiosear la extraña variable RV Tauri que fluctua entre las magnitudes 9,9 y 13 en un periodo de 79 días.
Siguiendo nuestro camino hacia el este, nos topamos con otro brillante cúmulo abierto, NGC 1746 (prismáticos), de tamaño y brillo similar al anterior racimo NGC 1647. Podríamos decir que se trata de su versión ligth ya que sólo contiene una décima parte de las estrellas de NGC 1647. A pesar de ello, este grupo formado unas 20 estrellas brilla tanto como el total de las estrellas de NGC 1647 (que recordemos son doscientas). Su distancia se calcula en unos 1.375 años luz.

Como podemos comprobar, Tauro concentra gran cantidad de cúmulos abiertos, Veamos los dos últimos que además se encuentran muy próximos entre sí. Estos son NGC 1807 (prismáticos) y NGC 1817 (prismáticos ). El primero, de magnitud 7 ocupa un área de 17' y está compuesto por unas 20 estrellas. El segundo, más al este, es ligeramente más pequeño y débil, pero más rico ya que contiene unas 60 estrellas. Su distancia se cree es de 5.700 años luz. La distancia de NGC 1807 se desconoce actualmente.

Uno de los objetos más peculiares de Tauro y también de los más conocidos es el primer objeto del catálogo Messier, M1 (NGC 1952) (telescopio de 60 mm), conocida como la Nebulosa del Cangrejo. Es el mejor ejemplo de nebulosa remanente, es decir, nebulosa que proviene de una explosión de supernova. Esta en cuestión es la supernova observada por los chinos y los indios americanos en el 1054, cuando Europa estaba más preocupada por el desmembramiento del Imperio Romano que por la ciencia y el arte. Sin embargo, el nombre de Nebulosa del Cangrejo se lo debemos a Lord Rosse, quien en un alarde de imaginación vió en su fina estructura la figura de un cangrejo. Vista a traves de un telescopio se nos presenta como una mancha borrosa en días de cielo oscuro y sin Luna.


AURIGA

Pasa por nuestro meridiano hacia el 20 de diciembre. Centrada entre la 5 y 6 horas de ascensiones recta y a una declinación media de +40º, esta hermosa figura mitológica representa a un cochero, curiosamente sin carro, portador de una cabra en el hombro y dos o tres crías en el brazo. Auriga es identificado como Erecteo, hijo de Hefesto (el equivalente al dios romano Vulcano) que inventó un carromato para mover su cuerpo lisiado. Otras leyendas lo señalan como Mirtilo, el criado asesino, que enamorado de Hipodamia mató a su amo y padre de su amada, cuando éste retó a los pretendientes de su hija a una carrera de carros. Posteriormente, Mirtilo fue ajusticiado y arrojado al mar por Pélope, el amante elegido por Hipodamia.

Imagen M37
Este es el más bonito y policromático cúmulo abierto de Auriga. Se trata de un enjambre muy rico y concentrado y el único de los objetos Messier de Auriga que se halla fuera del pentágono que representa al cochero.

 

Auriga es una constelación grande y vistosa con una forma cuasi pentagonal. Entre las estrellas que la componen destaca Capella, un astro situado a 42 años luz similar al Sol aunque algo más grande y que alcanza una magnitud de 0,08. Capella, la cabrita, está asociada a la ninfa Amaltea, conocida por haber amamantado nada más ni nada menos que al mismísimo Zeus.

Otra estrella interesante es épsilon (e) Aurigae, una supergigante variable situada 3º al sudoeste de Capella que señala a las dos cabritillas, las Hoedi, nu y zeta Aurigae. La variabilidad de Almaaz, como es conocida épsilon Aur, se debe a una compañera que cada 27 años la eclipsa. Permanece eclipsada durante un año, lo que hace creer que la compañera invisible está rodeada por una gigantesca nube de polvo. Su último eclipse fue en 1983 y el próximo tendrá lugar en el 2010.

Gamma (g) Aurigae, más conocida como Al Nath, representa el pie derecho de Auriga, pero a la vez el extremo del cuerno de Taurus, de modo que también está catalogada como beta Tauri.

Prácticamente todo lo que nos encontramos en Auriga son cúmulos abiertos, tres de los cuales son objetos Messier. Sólo una nebulosa planetaria rompe esta «monotonía» policromática. Iniciemos nuestro viaje, como de costumbre, por la zona oeste de la constelación.

En la frontera que separa Auriga de Perseo nos encontramos con el primer cúmulo NGC 1664 (Telescopio de 60 mm ). Un pequeño enjambre formado por unas 40 estrellas que se esparcen en un área de 18' con una magnitud total de 7,6. Ayudado de unos prismáticos podemos localizarlo al oeste de épsilon (e) Aurigae, apareciéndose como una manchita borrosa. Se nos presenta con todo su esplendor cuando lo observamos con telescopios de 6 cm como mínimo. Es entonces cuando podemos ver una treintena de estrellas de diferentes brillos y colores.

Objeto A.R. Dec. Diám. Mag. Abert. Tipo
M45 – Pléyades 03:47 +24:07 110' 1,2 S.V.
NGC 1514* 04:09 +30:47 1,9' 10f 150
Híades 04:27 +16:00 330' 0,5 S.V.
NGC 1647 04:46 +19:04 45' 6,4 PR. II 2 r
NGC 1746 05:04 +23:49 42' 6,1f PR. III 2 p
NGC 1807 05:10 +16:32 17' 7,0 PR. II 2 p
NGC 1817 05:12 +16:42 16' 7,7 PR. IV 2 r
NGC 1952 – M1 05:34 +22:01 7' 8,5 60
NGC 1664 04:51 +43:42 13' 7,6 60 III 1 p
Harrington 4 05:19 +33:00 75' S.V. III 1 p
Collinder 62 05:22 +41:00 28' 4,2f S.V.
NGC 1912 – M38 05:29 +35:50 21' 6,4 PR II 2 r
NGC 1960 – M36 05:36 +34:08 12' 6,0 S.V. I 3 r
Stock 10 05:39 +37:56 25' 60 II 2 m
NGC 2099 – M37 05:52 +32:33 20' 5,6 S.V. I 2 r
IC 2149* 05:56 +39:39 15" 10,7 150

Abert.- S.V.=simple vista; PR= prismáticos; 60, 150...= mm de abertura.
Tipo.- I al III indica el grado de concentración hacia el centro. Números arábigos 1, 2 y 3 indica el incremetno en rango de magnitudes. Las letras r= rico, m= medio y p= pobre indica el numero de estrellas que compone el cúmulo


Más que un cúmulo abierto propiamente dicho, Harrington 4 (Simple vista)es un asterismo formado por las estrellas 16, 17, 18, 19 y IQ Aurigae. A simple vista se puede llega a apreciar las estrellas como una mancha nebulosa cerca del centro de la constelación. Los prismáticos nos muestra un rico campo estelar muy esparcido (75') con estrellas de magnitud no inferior a la 9.

Otro pequeño grupo de estrellas situado 5º al sur de Capella es Collinder 62 (Simple vista) que tiene un diámetro similar a la Luna llena.

Entramos ya en el reino de los objetos Messier. Tres son los protagonistas que esconde Auriga, el primero, M38 (NGC 1912) (prismáticos)es un pequeño pero brillante cúmulo descubierto por LeGentil en 1749. Es relativamente grande, 21 minutos de arco, y su magnitud (6,4) le sitúa un poco por encima de la percepción a simple vista. La estrella más brillante del cúmulo, que tiene una magnitud de 8, es una G0, muy parecida a nuestro Sol, pero 900 veces más brillante. Es tan luminosa, que si el Sol estuviera a esa misma distancia (1,3 Kiloparsecs) tendría una magnitud de tan sólo 15,3. En el límite de nuestros mayores telescopios (255 mm) que apenas si podrían registrarla sin ayuda de una CCD. Es curioso la disposición de las estrellas del cúmulo que nos sugiere la letra griega pi (p).

M36 (NGC 1960) (Simple vista) está, al igual que M38, situado en el interior de la figura de Auriga. Con la mitad de diámetro que su compañero, pero más brillante (magnitud 6) lo podemos encontrar 5º al sudeste de theta Aurigae. En noches muy oscuras y excepcionales, apreciamos un efecto tridimensional al verlo contra el fondo de la Vía Láctea. Con pequeñas aberturas (100 mm) alcanzaremos a ver unas 20 estrellas
Stock 10 (Telescopio de 150 mm)es visible a simple vista, pero lo apreciaremos mejor a través de un telescopio de 100 mm, donde apreciaremos unas 15 estrellas dispersas en un campo de 25'.

M37 (NGC 2099) (Simple vista) es el más llamativo de los cúmulos de Auriga, y también el más brillante (magnitud 5,6). Formado por más de 200 estrellas esparcidas en un área igual a la ocupada por la Luna llena (24'), este hermosos cúmulo fue descubierto en 1764 por el propio Messier. Desde entonces, todos los que han observado este enjambre multicolor lo han definido como una de las joyas más hermosas del firmamento. Visto a través de un pequeño telescopio de 114 mm descubriremos una treintena de estrellas entre la que destaca una roja casi en la periferia del cúmulo.

Por último y para terminar esta ronda por Tauro y Auriga, nos centraremos en la única nebulosa al alcance de los telescopios de aficionado IC 2149 (Telescopio mayor de 200 mm). Con unas dimensiones de 15"x10", esta pequeña pero brillante nebulosa planetaria de color verdosa tiene una estrella central de magnitud 11,6. Con un 150 mm y fuertes aumentos (200x) apenas si podremos apreciar la estrella central.