OBSERVACIÓN DE CIELO PROFUNDO

QUE TRATA DE LOS SUCESOS, HECHOS Y OTRAS COSAS GRAVES QUE ACONTECEN EN UNA NOCHE DE OBSERVACIÓN Y QUE SON DIGNAS DE CONTARSE.

Por Miguel Guerrero guerrero_fran@eresmas.com

Un día del mes de Febrero de un año cualquiera:

Por fin ya es viernes, hoy toca observación. El cielo es limpio, no se nota humedad, te dices: ¡esto promete!. 18 h: Aparecen algunas nubes. Llamas a uno de los compañeros de la agrupación: ¿ A qué hora quedamos?. -¿Pero has visto el cielo como está?-. ¡ Báh!, son unas pocas nubes altas. En realidad está cubierto más de un 60% del cielo, pero eso no importa porque tú quieres probar el nuevo telescopio que has comprado recientemente. El cielo mejora y se decide salir de observación. 20 h.: Ahora vienen los preparativos. 20.30 h: Vienen las prisas, has quedado a las 21 h. y vas a llegar tarde. Llamas a unos amigos para que se vengan de observación y les dices que se abriguen bien. - Sí, sí, tranquilo -. Haces dos viajes en el ascensor para bajar todo el material. En un primer viaje cargas con los mapas celestes y libros; un maletín que contiene los pequeños accesorios de óptica y todo lo necesario para dibujar: plantillas, lápiz, goma de borrar, linterna de luz roja; los prismáticos y la hamaca, que siempre son algo a lo que se le hecha mano; la bolsa con la cena y el termo de chocolate. Para ahorrar viajes y tiempo te llevas todo el material de abrigo puesto: te pones el pijama debajo de la ropa, también te pones la bufanda, los guantes, el pasamontañas, el gorro de lana, el anorak, la manta, las botas de nieve, etc. Con todo puesto es mejor que no te vean los vecinos, pero la memoria del ascensor te para en el quinto y entran unos "testigos de Jeová"... (Sin comentarios). El buen observador sabe que todo abrigo es poco. Calculas unos 10º de temperatura, pero tú estás sudando y hasta con agonía. Dejas todo el material en el portal, vas a por el coche y lo dejas enfrente de la escalera para poder cargarlo todo con comodidad. Cuando vuelves al portal para hacer el segundo viaje con el telescopio te encuentras con la vecina del cuarto y te pregunta si vas a pasar el fin de semana en la nieve. Por la forma extraña en que te mira, te acuerdas que aún llevas puesto el gorro y la bufanda. Ya estás en el coche con todo dentro, le hechas un últimos vistazo por si te has olvidado de algo y es cuando vuelve a pasar por tu mente la idea de un remolque. Te pones en camino.

21 horas: Llegas al lugar habitual de observación, apagas las luces y terminas el trayecto con las de posición. Después de haberte comido algún bache o alguna que otra piedra importante, buscas un buen sitio para aparcar. Siempre pasa que el día que quieres volver pronto a casa resulta que también llegas pronto y dejas el coche el primero y detrás aparcan catorce coches más. Si eres de los últimos sabes que cuando empiezan a salir, eres el primero que tienes que quitar el coche y como no se ponen de acuerdo, cada cuarto de hora tienes que volver al coche a moverlo. Has llegado un poco tarde, saludas a la gente. Si reconoces pronto a la gente ¡malo!. Si tienes que guiarte por la voz para reconocerlos, ¡buena señal!, hay oscuridad. Puedes estar hablando tres cuartos de hora con alguien y no saber quien es. A la semana siguiente te das cuenta de quien era cuando vas a la consulta de tu nuevo dentista.

Una vez hechos los saludos y tropezones oportunos, llega la hora de sacar el "bocatta" y tertuliar, siempre mirando el cielo de vez en cuando ¡por supuesto!. Algunas veces viene gente nueva y acompañantes de socios y siempre hay alguien que te pregunta por la "Osa Polar" o cosas por el estilo y entonces caes en la cuenta de que éste no ha ido a las clases de Javier. De repente oyes: ¡Halaaaa!. Eso significa que alguien ha visto un meteoro bastante notable. A continuación una tabla comparativa (exclamación/tamaño meteoro). Si oímos: ¡MIRA! ; significa que se ha visto una estrella fugaz de menos de un segundo de duración y de magnitud mayor de 3. Si se hoye: ¡MIRA, MIRA, MIRA! ; significa que se está viendo una estrella fugaz de más de un segundo de duración y de magnitud de 0 a 2. Si se hoye: ¡MIRA, MIRA, MIRA... Haalaaaa! ; esto es un Bólido. Terminamos los bocadillos, hemos disfrutado de la pequeña lluvia de estrellas y nos disponemos para la observación. ¡Cuantas horas de observación y el ovni de turno sin aparecer!.

22'30 horas: Llega el momento de sacar el telescopio. ¡¡buenoooo!. Obra de ingeniería. Montar un "Exin Castillos" no es nada comparado con esto. Ahora comprendo porqué muchos de los aficionados a la Astronomía también lo son al bricolaje. ¿Explicamos el proceso? (Os lo podéis imaginar). El telescopio creo que no está pensado para personas con dos brazos. 1º - Sacas el trípode y lo colocas lo suficientemente cerca del coche calculando que el cable llegue sobrado. 2º - Sacas al "monstruo", siempre sin prisas, dando tiempo a que alguien se ofrezca a ayudarte. Pero lo único que hacen es aguantar los tornillos y guiarte con la linterna " por aquí, por aquí " y tú mientras con la mano derecha por debajo del telescopio con la izquierda por arriba, la espalda arqueada, las gotas de sudor te empañan la vista, tienes que levantarlo cuatro dedos más según tu guía. (¿Cuatro?), dudas si podrás levantarlo uno más y no sabes si esta vez lo conseguirás porque claro, los años no pasan en balde. Un último esfuerzo y ¡lo consigues! ¡¡UF!! ¡¡Ya está!!. Ahora nivélalo y alinéalo a la Polar, eso sí, procura no ser perfeccionista porque si no te conviene que te lleves el filtro solar porque se te puede hacer de día.

22'45 horas: Ahora toca el turno de los cables. En menos de cinco minutos lo has conectado y te dispones a observar ¡ por fin!. Echas mano del led para poder localizar todo lo necesario como mapas, oculares, papel y lápiz si vas a dibujar. Tú, con todo el cuidado del mundo utilizando el led para no fastidiarte la adaptación a la oscuridad que ya has conseguido y de repente llega un coche que por lo visto, el conductor está muy contento de venir a observar, porque entra por el camino dando voces ¡HOLA, YA ESTOY AQUÍ, TE DIJE QUE VENDRÍA...!, y haciendo ráfagas con la larga. (Éste seguro que no se traga ningún bache como yo). Después de la brillante aparición tienes que esperar unos minutos para volver a adaptarte a la oscuridad. Pero no te hagas muchas ilusiones porque seguramente no será el último en llegar o cuando menos te lo esperes aparecerá alguien que quiere inmortalizar el momento...¡ FLASH!.

23 horas: Si esa noche estás inspirado encuentras todo a la primera, y si no, te puedes armar de paciencia y conformarte con tres galaxias en un par de horas. Por fin has localizado una galaxia de magnitud 13, y por supuesto, la quieres enseñar. La pregunta que no falla en cualquier noche de observación popular es: ¿por dónde se mira? (podéis hacer la apuesta). Porque, claro, si no conoces la máquina, la primera vez tienes dudas de dónde poner el ojo. Después de señalarles el sitio correcto, se acercan, miran, se separan y dicen " ahí no hay nada". Entonces les aconsejas que lo intenten con " visión lateral ", y acto seguido se vuelven a acercar al ocular ¡pero de perfil y mirando de reojo!, ¡No, hombre, no, así no!...

1 horas: Estamos a 2º , sí, sí, a 2º. Los amigos que te has traído para que disfruten de su primera noche de observación ya hace dos horas que están en el coche liados entre mantas y medio dormidos. Piensas en la cantidad de gente que está en sus salones con la chimenea, en el sillón, viendo la "peli" del viernes y tú allí, a 2º, de pié, con las manos que no te responden, pues tú quieres coger el ocular pero ellas no, se niegan rotundamente; y los pies... ¿dónde están los pies?, están ahí porque los ves pero no los sientes. ¿Estamos locos acaso?. Ahora estás muy metido en observación y tus ojos muy adaptados a la oscuridad. Piensas que como toda habilidad, la visión también se perfecciona con el uso y que con un poco de práctica también podemos perfeccionar cada vez más nuestra capacidad para ver. Estando en estos pensamientos oyes: ¡! OSTRAS, EL FILTRO DE OXIGENO III, QUE SE ME HA CAIDO !!. Ale, todo el mundo con la linterna de luz blanca a buscar. A "freir esparragos" la adaptación a la oscuridad.

3 Horas: Empieza a clarear el cielo por el este, eso significa que nuestro satélite está saliendo. Lo dejamos todo y nos dedicamos a disfrutar de lo que en estos momentos nos ofrece la noche. Con la llegada de la Luna, nos empezamos a ver mejor unos a otros. Hace frío, es el momento de sacar el chocolate. Nos lo repartimos entre todos y entramos un poco en calor. Aunque no todo el mundo entra en calor por medio del chocolate. Siempre hay alguien que se lleva la petaca y acaba siendo el que más estrellas dobles observa esa noche. Los telescopios se quedan un poco aparte y entramos otra vez en tertulias, filosofías, etc. Las horas pasan y allí sigues y sigues...

04 Horas: Quedamos los cuatro de siempre. Recogemos con todas las luces que tenemos a nuestra disposición, hasta encaramos los coches hacia los telescopios y empezamos a desmontar. Nos despedimos y por el camino de regreso, sigues mirando al cielo. Llegas a casa, haces otros dos viajes en el ascensor con todo el material y antes de acostarte echas un último vistazo al cielo. Te ha sabido a poco. Pero no te preocupes porque el viernes que viene hay otra observación.

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