Noticias

Investigan el origen de 85 millones de señales

Creen que la mayoría es interferencia terrestre, pero lo irán dilucidando a medida que el radiotelescopio vaya barriendo el cielo por segunda vez.

 

En poco más de diez meses de trabajo, los casi dos millones de voluntarios que buscan vida extraterrestre a través del proyecto SETI@home detectaron ya 85 millones de señales de radio de origen desconocido.

Aunque los responsables científicos del emprendimiento creen que en su enorme mayoría son interferencias y no transmisiones de radio de otras civilizaciones inteligentes, cada señal "interesante" está siendo sometida a sucesivas pruebas para determinar si su origen es, efectivamente, terrestre.

SETI@home, la más vasta ofensiva encarada hasta ahora en busca de evidencias de otros mundos habitados, distribuye entre sus voluntarios pequeños pedazos de información recogida por el mayor radiotelescopio del mundo, el de Arecibo, en Puerto Rico.

Esos fragmentos son procesados en computadoras personales y los resultados devueltos vía Internet a la Universidad de Berkeley, en California, la institución organizadora del proyecto, para su evaluación.

"Hasta ahora se trata, mayormente, de interferencias causadas por emisiones humanas o errores de computación", comentaron Ron Hipschman y Dan Werthimer, dos de los científicos que conducen las pruebas. "Y también, aunque en muy raros casos, las falsas señales fueron introducidas por la adulteración intencionada del paquete de información", agregaron.

Hipschman y Werthimer explicaron que una buena señal es la que, a medida que el telescopio barre el cielo, aparece aumentando su intensidad, llega a un punto máximo y disminuye hasta desaparecer. Esa característica, a la que llaman "gaussian", indica que la emisión viene de un punto del cosmos.

Cuando se detecta un "gaussian", el paquete es reprocesado en la Universidad de Berkeley o entregado a otro usuario para que lo haga. Si se mantienen las características de onda emitida desde un punto del cielo, se espera hasta que el radiotelescopio pase otra vez por ese punto y registre una nueva emisión.

"Cada ocho meses recorremos completo el cielo del radiotelescopio de Arecibo. Como SETI@home durará dos años, cuando finalice lo habremos barrido tres veces", añaden.

El proyecto SETI@home fue lanzado el 17 de mayo de 1999 y para su primer cumpleaños, el mes próximo, el número de voluntarios habrá llegado casi a los dos millones, con un ritmo de crecimiento de más de 3.000 por día.

Los paquetes de información procesados, cada uno de los cuales contiene 107 segundos de escucha del radiotelescopio, suman ya 102 millones y el tiempo que demandó analizarlos equivale a 250.000 años de trabajo ininterrumpido para una sola computadora.

España, Brasil y la Argentina, en ese orden, encabezan el ranking de países hispanos en cantidad de paquetes procesados. Estados Unidos es líder absoluto, con casi 58 millones de paquetes procesados, nueve veces más que Alemania, su seguidor.

(Fuente: Centro Espacial)

La Deep Space 1 volvió a orientarse por sí misma

Perdió el piloto automático hace siete meses, pero los ingenieros le enseñaron a navegar usando su cámara de televisión y ahora sigue viaje al encuentro de un cometa en septiembre del 2001.

 

La sonda experimental Deep Space-1 (DS-1), que hace casi un año cumplió con creces su misión de probar nuevas tecnologías para futuros viajes interplanetarios, acaba de dar otra satisfacción a los científicos al recuperar su capacidad de orientarse por sí misma en el espacio.

Con un ingenioso reemplazo de su averiado rastreador estelar, esta semana el robot reencendió el motor experimental de iones que le proporcionó empuje continuo en la primera etapa de su travesía y sigue viaje proa al distante cometa Borrelly, al que debe alcanzar en el último trimestre del 2001.

El navegador estelar, pieza clave de su novedoso piloto automático, dejó de funcionar el 11 de noviembre, cuatro meses después de que el DS-1 puso un espectacular broche de oro a su misión principal al pasar a sólo 15 kilómetros del asteroide Braille.

Sin el rastreador estelar, la sonda no puede encontrar las estrellas que debe usar como puntos de referencia para ajustar su trayectoria y queda a la deriva, como un barco sin timón.

En lugar de abandonar la nave a su suerte, los científicos de la NASA se dedicaron estos siete meses a desarrollar un software que le permitiera a la DS-1 aprender a navegar usando su cámara de video en reemplazo del rastreador de estrellas.

El intento logró un éxito rotundo y, tras las primeras pruebas exitosas, esta semana le ordenaron al robot reencender el revolucionario motor de iones que le provee aceleración continua y reanudar su viaje hasta el Borrelly para alcanzarlo en septiembre del año próximo.

La Deep Space-1 está ahora a más del doble de la distancia entre la Tierra y el Sol, unos 315 millones de kilómetros, lo suficientemente lejos como para que sus señales de radio y las que se le envían desde aquí tarden más de 35 minutos en llegar a destino.

(Fuente: Centro Espacial)

La Cassini rozará la Tierra para ganar velocidad

Viajando a 36 veces la velocidad de una bala, a la 0:28 de mañana la sonda pasará a 700 kilómetros de altura sobre el Pacífico sur y se alejará hacia Júpiter.

En uno de los más dramáticos pasajes de su indirecto viaje de siete años a Saturno, minutos después de la medianoche de hoy la sonda Cassini rozará la Tierra para acelerarse con nuestra gravedad y alejarse definitivamente hacia su siguiente escala en el sistema solar.

El robot, de dos pisos de altura, se acercaba esta tarde a 127.000 kilómetros por hora en aumento, y a la 0:28 ARG (3:28 GMT) de mañana cruzará el cielo del Pacífico sur a sólo 700 kilómetros de altura.

El vuelo rasante le hará ganar 17.600 kilómetros por hora de velocidad y su rumbo variará hasta dejarlo en ruta directa hacia Júpiter, al que llegará dentro de 14 meses.

Es la tercera vez desde su lanzamiento, el 16 de octubre de 1997, que la Cassini se vale del "flyby" o "swingby" para potenciar su velocidad.

En abril de 1998 y en Junio de 1999 lo hizo con Venus, y en diciembre del 2000 aprovechará su paso por el gigante Júpiter para acelerar por última vez antes de su llegada a Saturno, en noviembre del 2004.

La sonda de 300 kilos se dejará atrapar por nuestro planeta sólo lo suficiente como para aumentar su empuje y, en lugar de caer, salir repelido en otra dirección, tal como una pelota de pingpong haría al tocar las palas de un ventilador.

Esta técnica, llamada flyby, es posible porque la Cassini tiene su propia fuerza de gravedad y ésta, al entrar en contacto con la de la Tierra, actúa como una catapulta que multiplica la velocidad de la nave y varía su dirección.

Mientras gana impulso natural, la sonda pondrá en funcionamiento nueve de los doce instrumentos científicos que tiene para hacer observaciones del sistema Tierra-Luna, estudiar el campo magnético de nuestro planeta y tomar imágenes del satélite terrestre.

(Fuente: Centro Espacial)

Habrían descubierto otra luna de Júpiter

Es una piedra de cinco kilómetros de diámetro que da una vuelta al planeta cada 774 días en sentido inverso a la mayoría de sus satélites.

Astrónomos norteamericanos que rastreaban el cielo en busca de asteroides y cometas se llevaron la sorpresa de haber descubierto lo que creen es el 17° satélite de Júpiter, un guijarro cósmico tan pequeño que ocho como él cabrían en el Río de la Plata, entre la ciudad uruguaya de Colonia y Buenos Aires.

El objeto, de sólo 5.000 metros de diámetro, es la luna más diminuta de las que orbitan los planetas mayores del Sistema Solar y la más alejada de Júpiter: gira a 24 millones de kilómetros de éste, en sentido retrógrado (lo cruza de Este a Oeste, inverso a la mayoría de las otras lunas de ese planeta), a razón de una vuelta (su año) cada 774 días terrestres.

El hallazgo fue hecho por científicos de la Universidad de Arizona y del Observatorio Astrofísico Smithsoniano, de Massachusetts.

Los astrónomos creyeron primero que era uno más de los millares de asteroides que forman un anillo de rocas alrededor del Sol, entre las órbitas de Marte y de Júpiter.

Pero luego notaron que se movía más bien como un cometa que como un asteroide, y sin embargo no se les parecía demasiado a esos astros errantes de larga cola.

Creen los expertos que en dos o tres meses más habrán completado las mediciones orbitales del objeto que les permitirán confirmar si se trata, efectivamente, de un nuevo satélite joviano (de Júpiter).

Si así sucede, el objeto, que por ahora se llama provisionalmente S/1999 J 1, recibirá el nombre de alguna figura asociada con Júpiter, el dios del cielo para los romanos.

El primero en descubrir satélites en el más grande de los planetas del Sistema Solar fue el astrónomo italiano Galileo Galilei, a comienzos del 1600, y el último la sonda Voyager, que identificó tres en 1979.

La más pequeña luna de Júpiter conocida hasta ahora es Leda, una piedra de entre 8 y 16 kilómetros de diámetro descubierta en 1974.

(Fuente: Centro Espacial)

El Hubble fotografió otra curiosidad celeste

El agujero negro de una galaxia a 50 millones de años luz de la Tierra tiene serios trastornos digestivos por su glotonería.

La glotonería tiene su precio también para los agujeros negros: después de saciarse hasta el hartazgo con cuanta materia encuentran cerca, vomitan.

Esto es lo que acaba de descubrir a 50 millones de años luz de la Tierra, mirando hacia la constelación de Virgo, el Telescopio Espacial Hubble.

Con su poderoso espejo apuntando hacia la galaxia NGC 4438, una rareza por su forma, el Hubble captó cómo el agujero negro supermasivo que habita en su centro vomita globos de gas caliente hacia afuera, en direcciones opuestas.

Las imágenes, que volvieron a maravillar a los astrónomos, muestran una burbuja rojiza elevándose desde una nube de polvo y otra más tenue descendiendo.

Estos globos de gas son provocados por los hábitos locamente voraces de los agujeros negros, explican los científicos.

Verdadera máquina de engullir, el agujero negro de la galaxia NGC 4438 se está dando un banquete con la materia que se arremolina a su alrededor y que en la imagen aparece como una fuente de luz blanca debajo de la burbuja superior.

Parte de esta materia es regada en direcciones opuestas desde el disco central que forma el remolino, y a su paso barre más materia tal como lo haría una poderosa manguera de jardín al descargar su chorro sobre tierra floja.

Estos chorros cada tanto golpean contra una barrera defensiva: nubes de gas moviéndose lentamente, a no más de 360.000 kilómetros por hora.

Ese impacto es el que produce las burbujas que atrapó el Hubble en su espectacular toma.

La burbuja superior, que mide 800 años luz de alto por otros tantos de ancho, es más brillante porque nació del choque de aquellos chorros de materia con una nube de gas mucho más densa que la que formó la burbuja inferior.

(Fuente: Centro Espacial)

Revolucionario motor para viajar a Marte

La NASA firmó un convenio para desarrollar un impulsor que recalentará hidrógeno para convertirlo en chorros gobernables de plasma. El motor proveerá una aceleración constante que acortaría a la mitad la travesía interplanetaria .

Un revolucionario motor que podría llevar a Marte astronautas en la mitad del tiempo y abrir camino a la exploración tripulada del Sistema Solar cercano en la próxima década, será desarrollado por una empresa norteamericana a partir de estudios hechos por la NASA, con la que acaba de firmar un acuerdo.

El impulsor, que usará hidrógeno como los motores cohete actuales pero no en estado líquido sino en forma de gas plasma, proveerá una aceleración continua que reducirá considerablemente la duración de los viajes espaciales.

Por ejemplo la ida a Marte en el período más favorable por la posición orbital de ambos planetas durará sólo cuatro meses, contra los ocho o nueve que demoran los robots actuales impulsados por la inercia que ganaron al escapar de la atracción terrestre.

Al acortar sensiblemente la duración del viaje por el cosmos, la nueva tecnología evita a los astronautas exponerse por largos períodos a las peligrosas radiaciones cósmicas y sufrir alteraciones en los huesos, los músculos y la circulación sanguínea por la falta prolongada de gravedad.

Pero, además, la posibilidad de viajes más rápidos coloca a otros planetas cercanos como Venus, Júpiter y Saturno al alcance de vuelos tripulados de duración razonable.

Hidrógeno en horno de microondas

Cuando un gas es calentado a millones de grados, los átomos pierden sus electrones. El resultado es una sopa de partículas eléctricamente cargadas, o plasma, compuesto por electrones con carga negativa e iones con carga positiva.

El plasma abunda en la naturaleza. La mayoría de la materia del universo está en estado de plasma, incluídas las estrellas y las nebulosas. Mucho más cerca de nosotros, los rayos y las fuentes de calor extremadamente intensas como los motores del transbordador, convierten en plasma los gases de nuestra atmósfera.

Las temperaturas del plasma son tan extremas que ninguno de los materiales conocidos podría contenerlo. Sin embargo, gracias a que es buen conductor eléctrico, mediante campos magnéticos especialmente diseñados es posible "modularlo", es decir, acelerarlo, guiarlo, retenerlo o liberarlo.

Precisamente este concepto fue desarrollado por el astronauta Franklin Chang-Díaz, director del Laboratorio de Propulsión Espacial Avanzada (ASPL), de la NASA, con sede en Houston, Texas, durante tres décadas de investigaciones.

"Tenemos que usar modelos matemáticos, simuladores en computadoras, antes de cortar la primera pieza metálica para construir el motor", dijo Chang-Díaz al anunciar el convenio. Y agregó que, si todo marcha bien, la NASA podría intentar las primeras pruebas en órbita para el 2004.

En esencia, el motor de plasma se basa en tres celdas magnéticas interconectadas. En la primera, un gas propelente como el hidrógeno es inyectado y se lo carga eléctricamente (se lo ioniza). En la segunda, el gas es calentado aún más con ondas de radio, tal como lo hace con la comida un horno doméstico de microondas. En la tercera, una tobera de escape magnética, la energía es convertida en un chorro dirigido.

En una misión a Marte, un cohete de plasma aceleraría continuamente hasta la mitad del recorrido.

Al no haber resistencia en el espacio, la aceleración continua multiplica la velocidad de una nave hasta límites inalcanzables por otros medios conocidos, y a la vez provee una pequeña cantidad de gravedad en el interior de la cabina tripulada.

Pasada la mitad de la travesía, el cohete invertiría su posición para pasarse la otra mitad frenando con el mismo motor de plasma.

(Fuente: Centro Espacial)

Hay 900 asteroides acechando a la Tierra

Tienen más de un kilómetro de diámetro, lo suficiente para borrar todo vestigio de vida en el planeta.

Según astrónomos de tres prestigiosos centros de estudio y observación del cielo, la Tierra está amenazada por un ejército de 900 asteroides capaces de borrar todo vestigio de vida.

En un informe que publica en su último número la revista Science, los científicos revelan que sólo cuatro de cada diez de esos verdaderos proyectiles cósmicos han sido identificados hasta ahora y sus órbitas calculadas con razonable precisión.

Los otros seis de cada diez entrañan igual peligro, pero será más difícil individualizarlos para predecir su trayectoria porque están muy lejos de nuestro planeta o recorren regiones del cielo que los astrónomos no pueden observar con facilidad.

"Algún día uno de esos objetos podría ciertamente golpear a la Tierra", previene William Bottke, estudioso de la universidad norteamericana de Cornell --donde enseñaba el recordado Carl Sagan-- y uno de los autores del trabajo.

La mayoría de esos 900 amenazantes asteroides miden sólo un kilómetro de diámetro, y el más grande no pasa de 64 kilómetros.

Pero viajan a velocidades tan colosales que un impacto directo en la Tierra podría desatar un cataclismo devastador como el que terminó con los dinosaurios antes de la aparición del hombre.

Determinar si alguno de esos 900 asteroides golpeará nuestro planeta es difícil, explica Bottke. "Primero, porque hemos descubierto sólo la mitad de ellos y sabemos que existe ese total por medios estadísticos muy seguros", agrega el astrónomo. "Luego, observándolos podemos calcular su trayectoria para los próximos 100 años, pero no hacer proyecciones para varios miles de años".

"Ciertamente, la Tierra es un lugar poco seguro", afirma Bottke.

Pero aún si pudieran determinar dónde estará cada asteroide en cualquier momento de cualquier año, el monitorearlos a todos es prácticamente imposible porque se van multiplicando con frecuencia.

La mayoría de los asteroides gira alrededor del Sol en órbitas individuales estables formando un cinturón entre Marte y Júpiter. Pero cada tanto chocan entre sí, se parten en más pedazos y esos escombros tienden a apartarse del cinturón hacia regiones que los expertos llaman resonancia.

En esos lugares, sus trayectorias están expuestas a pequeños golpes causados por la gravedad de planetas cercanos como Júpiter, Marte o Saturno, que pueden desestabilizarlos y desviarlos lo suficiente como para que empiecen a vagar en órbitas erráticas.

Los otros autores del estudio son Robert Jedicke, de la Universidad de Arizona, y Alessandro Morbidelli, Jean-Marc Petit y Brett Gladman, del Observatorio de la Costa Azul, en Francia.

(Fuente: Centro Espacial)

Cómo encontrar un asteroide


  Si andas escaso de tiempo, quizás quieras probar el método Amburgey para encontrar un asteroide. Usando tu telescopio robotizado, comienzas a conversar con un amigo, y al mismo tiempo tratas de observar una zona del cielo. Y equivocando las coordenadas al teclear la posición del cielo que querías observar, quizás encuentres que un asteroide pasa por tu campo de observación. Esta fue la forma en que un aficionado estadounidense, Leonard Amburgey, encontró un asteroide cercano a la Tierra.

  El asteroide, clasificado ahora como 2000 NM, es uno de los muchos que los aficionados están descubriendo ayudados de cámaras digitales y búsquedas automatizadas. Por lo general, descubrir asteroides no requiere grandes equipos, pero para obtener una órbita precisa y así conocer con certeza la potencial peligrosidad de estos cuerpos celestes, sí que se requiere gran constancia y dedicación.

  Es con esta constancia y dedicación con la que el Grupo de Estudios Astronómicos se ha hecho con la denominación de cinco asteroides, y ha descubierto otros tantos, aún sin nombre definitivo.

  Es precisamente gracias a los aficionados, y algunos grandes telescopios robóticos, el que el campo de seguimiento de asteroides haya explotado de forma exponencial en los últimos años. La base de datos del Centro de Planetas Menores, dependiente de la Unión Astronómica Internacional había recopilado 270 mil registros de posición hasta 1978. En 1996, la suma ascendía a un millón. A mediados de este año, la cifra es de 4,5 millones de registros.

  Leonard Amburgey, profesor de una escuela secundaria, usó una cámara digital, la ST-7E, sobre un telescopio de 20 centímetros de diámetro. tiene una página en Internet en la que describe su descubrimiento.

(Fuente: Infoastro)(((

El Hubble fotografió un reflector cósmico

Es un chorro de partículas cargadas eléctricamente que viajan a la velocidad de la luz desde el agujero negro de una galaxia en la constelación de Virgo.

Una cámara de alta resolución a bordo del Telescopio Espacial Hubble captó lo que parece ser un reflector cósmico procedente del cúmulo de galaxias de la constelación de Virgo, a unos 50 millones de años luz del Sistema Solar.

La imagen muestra un haz de partículas eléctricamente cargadas que viajan a la velocidad de la luz desde la nube de gas recalentado que rodea al agujero negro de la galaxia M87.

Ese delgado corredor azul de protones y electrones parece un reflector que ilumina el polvo cósmico tal como lo haría un proyector cinematográfico al humo de un cigarrillo.

Su luz es alimentada por un voraz agujero negro que ya engulló materia por el equivalente a dos mil millones de soles como el nuestro.

El reflector cósmico fue descubierto en 1918 por el astrónomo H. D. Curtiss, que notó un "curioso rayo recto" partiendo de la M87, una galaxia elíptica gigante que de no haber sido por esta curiosidad se habría parecido a muchas otras.

Después de observar esa rareza durante décadas, los científicos determinaron que el haz de luz provenía del enorme agujero negro que habita en el centro de la M87.

"El chorro luminoso se origina en el disco de gas supercalentado (plasma) que se arremolina alrededor del agujero negro y es impulsado y concentrado por los campos magnéticos con forma de torbellino que anidan en esa nube de plasma", explican los científicos que operan el Hubble.

El tinte azulino del reflector contrasta con la nube ambar que forman miles de millones de estrellas imposibles de individualizar.

Enviará la NASA otro robot motorizado a Marte

Un robusto autómata metálico de 150 kilos, capaz de afrontar expediciones de largo aliento en busca de agua, caerá en Marte el 30 de enero de 2004 envuelto en una pelota de tela y, una vez que se deshaga de su embalaje, emprenderá recorridos de hasta 100 metros por día.

Así lo anunció la Agencia Espacial Norteamericana al revelar los nuevos planes para la exploración de nuestro vecino después del estrepitoso fracaso, el año pasado, del orbitador Mars Climate Orbiter y el módulo de descenso Mars Polar Lander.

Según el nuevo programa, bautizado Mars Exploration Program Rover, a mediados de 2003 será lanzado en un cohete Delta II un vehículo de la familia del pequeño Sojourner que en 1997 retozó entre piedras rojizas bajo la vigilancia del Pathfinder, la nave madre.

Siete meses y medio más tarde, y al igual que aquél, caerá envuelto en una pelota de aire y tela que recorrerá rebotando alrededor un kilómetro hasta detenerse y abrirse.

Pero a diferencia del Sojourner, que operaba bajo la supervisión del Pathfinder y dependía de él para enviar sus observaciones a la Tierra, la nueva araña mecánica será enteramente un laboratorio autosuficiente.

"Este será nuestro primer robot geólogo de campo en Marte", dijo al formular el anuncio Edward Weiler, directivo de la Oficina de Ciencia Espacial de la NASA.

Tan pronto se desperece y abandone los restos de su envoltorio, el robot tomará una imagen de 360 grados en alta resolución del lugar de descenso para transmitir a los científicos en tierra una idea clara del panorama que lo rodea y proveerles un mapa para guiarlo en sus excursiones.

Según la NASA, tendrá tal capacidad de autocontrol y maniobra que en un solo día de labor podrá recorrer alrededor de cien metros, más terreno que el que husmeó el Sojourner en toda su campaña de dos meses.

Podrá analizar el suelo con un paquete de cinco instrumentos que incluyen una especie de taladro para perforar las rocas y examinar su interior.

El sitio exacto de descenso todavía está siendo analizado e, inclusive, es posible que en un mismo viaje vayan no uno sino dos vehículos iguales para explorar diferentes regiones del planeta.

"Estamos evaluando esa posibilidad y creemos que sería un gran desafío", dijo Weiler. Y agregó: "Trataré de decidirlo en las próximas semanas de modo que, si fueran dos robots, estuviéramos a tiempo de construirlos y lanzarlos para 2003".

(Fuente: Centro Espacial)

Inicio
Boletín Huygens
Nº 26
Artículo anterior
Artículo siguiente